Lesbofeminismo presente y militante!

El 16 de este mes de agosto de 2018, para Nicola y Helen fue el día en el que finalmente concluyó una lucha que duró casi 6 años, una lucha por el sentido común pues es increíble que durante 6 años su hija Satya haya permanecido en este país sin reconocimiento alguno, sin derechos ni protección estatal.

El proceso para la inscripción de Satya se vió afectado por la manera en que nuestro país se encuentra organizado, basándose en creencias religiosas que por ende son homofóbicas. Es decir que, Nicola y Helen se enfrentaron a un Estado que a pesar de que en la Constitución de 2008 plantea el reconocimiento a familias en sus diversos tipos, la institución del Registro Civil obstaculizó dicho planteamiento puesto que no poseía ninguna ley que logrará la inscripción de niñes como parte de una familia homoparental. Estamos hablando de un país que social y constitucionalmente nunca fue hecho para reconocer a cuerpas disidentes y peor aún a familias disidentes. Un país que en su imaginario no puede contemplar la idea de que las personas del mismo sexo tengan derechos reproductivos  y que al igual que cualquier otro ciudadano precisan que el Estado se encargue de necesidades tan básicas como el reconocimiento de sus hijes con el fin de que estos puedan gozar de sus derechos.

Puedo destacar que durante estos 6 largos años de espera y confrontación directa con el Estado, los distintos movimientos de lucha lésbica estuvieron siempre presentes. Estuvimos en las afueras de la Corte Constitucional a pesar de que en reiteradas ocasiones la decisión fue la de aplazar el juicio. Estuvimos de cerca con Nicola y Helen cuando nos contaron que se encontraban cansadas, no comprendían porque debía tomar tanto tiempo una obligación que debía ser cumplida por el Estado. De cierto modo, durante este tiempo asimismo la lucha lésbica en nuestro país se proclamó, visibilizó y logró llegar al entendimiento de las personas.

Es un gran paso el que dieron Nicola, Helen, Satya y Arundel, se logró marcar un precedente legal e histórico en el país. Se podría decir que en efecto los tiempos cambian, la manera de hacer política no es rígida ni se mantiene estática, es posible transformar y concientizar a la sociedad y entre todes construir leyes que le hacen falta a un país como es el Ecuador para que  pueda salir de su sesgo religioso que no permite que las lesbianas se legitimizen dentro de este territorio como cuerpas gestantes, con la capacidad de mantener y ser parte de una familia activamente.  

Vamos decontruyendo para volver a construir, porque así somos las lesbianas. Hemos decidido acuñarnos en este territorio para negarnos a seguir lo establecido, para no darle cabida a la discriminación, para liberarnos del guión establecido por los roles de género. Vamos a encontrar las fallas que tiene el sistema para seguir mutando, creando, liberando y creciendo. Alegría y convicción de que este acontecimiento abrirá espacios y debates que favorezcan tanto a mujeres como mujeres lesbianas.

La lucha no acaba, ni hoy ni nunca.

Lesbofeminismo presente y militante!

 

 

 

 

 

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