Nuestra lucha es interseccional

Las luchas de las personas LGBTIQ+ no pueden existir en aislamiento. Nuestra existencia misma está atravesada por múltiples desigualdades: somos migrantes, somos racializades, somos empobrecidas, vivimos en territorios atravesados por la violencia, por las guerras, por la exclusión. Por eso, nuestras resistencias deben ser profundamente interseccionales, capaces de mirar y abrazar todas esas otras realidades que también nos atraviesan.

Para nosotrxs no basta con exigir el derecho a amar libremente si no exigimos también el derecho a migrar con dignidad, a vivir sin miedo a la guerra, a ocupar espacios libres de racismo, a tener acceso a salud, educación y vivienda. La verdadera justicia para las personas LGBTIQ+ solo será posible si se conecta con las luchas antirracistas, transfeministas, anticapitalistas, ecológicas y despatriarcales.

Por eso, nuestro trabajo constante de atención, apoyo y acompañamiento a sobrevivientes de violencias basadas en orientación sexual y/o identidad de género parte del reconocimiento de las realidades particulares de cada persona. Sabemos que no es lo mismo enfrentar una vulneración siendo una persona en situación de movilidad humana, sin redes ni recursos, que vivirla contando con algún tipo de sostén o entorno protector. Desde esa conciencia, ponemos todo nuestro compromiso, empatía y capacidades al servicio de garantizar que las personas LBTIQ+ migrantes transiten sus caminos con la mayor dignidad, cuidado y acompañamiento posible.

La diversidad no es solo una bandera de colores, es un llamado a romper los cercos del privilegio, a construir puentes entre pueblos, territorios y cuerpos que han sido históricamente silenciados. En nuestras luchas caben todas las causas que defienden la vida, la dignidad y la libertad. Porque no hay orgullo sin justicia, y no hay justicia si no es para todes.

This function has been disabled for Causana.